01 800 40 GREEN (47336)

La Importancia del Anticongelante en su Auto

La Importancia del Anticongelante en su Auto

El líquido refrigerante es de vital importancia para el correcto funcionamiento de nuestro coche. Es muy común llamarlo indistintamente anticongelante, o refrigerante, a pesar de que son dos conceptos en apariencia muy diferentes. El anticongelante no es más que una propiedad del líquido refrigerante, y cumple una función de gran importancia en el coche, como es asegurar que el refrigerante circule por todo su circuito sin trabas.

La misión del refrigerante es absorber el exceso de calor del motor, de forma que se mantenga en su temperatura ideal, que son unos 90 ºC. Además este refrigerante debe funcionar correctamente en el rango de temperaturas de uso del coche, o lo que es lo mismo, debe funcionar en nuestra región por mucho calor o frío que haga. Todos estos requisitos van a definir exactamente cómo es el líquido refrigerante, y por qué, además, es tan importante su característica anticongelante.

En el inicio de los tiempos, y hasta no hace mucho, el agua era el principal refrigerante del coche. Pero, como podemos imaginar, si ahora no se utiliza será por algo, y ese algo es que a pesar de tener las mejores propiedades en cuanto a disipación de calor, su punto de congelación y de ebullición la hacen inservible como buen líquido refrigerante. Además, el agua por sí misma corroería el metal sin remedio, por lo que se hace necesario adulterar esa agua con algún líquido capaz de contrarrestar esos defectos, sin que la capacidad de absorber calor se vea demasiado mermada.

 

La capacidad calorífica del agua no tiene rival, pero tiene los puntos débiles de sus temperaturas de congelación y fusión, y además es corrosiva. Recordamos, la capacidad calorífica es la cantidad de energía necesaria para aumentar en una unidad de temperatura la temperatura de una sustancia. Es, por decirlo así, la cantidad de energía que absorbe la sustancia antes de elevar la temperatura un grado.

Existen una cantidad bastante amplia de aditivos que consiguen bajar la temperatura de congelación del líquido resultante, y elevar la de ebullición, además de corregir esa tendencia tan incómoda a la corrosión. Y ahí entra en verdad la parte interesante: el anticongelante. Desde finales de los años 1930 se utilizan etilenglicoles, unos alcoholes que proporcionan una baja temperatura de congelación y un punto de ebullición alto, en torno a los 197 grados Celsius si se encuentra en estado puro.

 

El etilenglicol es, en realidad, el famoso anticongelante. No lo encontraremos 100% puro, sino como máximo al 90%, puesto que además de etilenglicol nos encontraremos todos los aditivos imaginables: antiespumantes, conservantes, colorantes, antioxidantes, inhibidores de corrosión,… Esto significa que el anticongelante más concentrado del mercado ya viene con los aditivos que proporcionan a durabilidad al líquido que vayamos a obtener, de forma que dure esos dos años, o 40.000 km que nos van a recomendar oficialmente, antes de cambiarlo.

El líquido refrigerante está formado por agua destilada, normalmente, y ese anticongelante concentrado. Dependiendo del porcentaje de anticongelante, así de efectiva será la mezcla con las bajas temperaturas.